A parte de ser átomos en constante movimiento
también estamos hechos de un componente especial,
este es la esencia de lo que somos, sin ello no se explica
la vida.
Porque es en el amor donde encontramos el por qué
de la humanidad.
Algunos necesitan la constancia de ese amor,
que no por ser constante deja de ser movimiento y la explicación
que la vida les da desde ese punto de vista les hace feliz, otros por
el contrario necesitan fluir en libertad y anclarse a un sentimiento o
persona les hace sentirse estáticos pero también temerosos de su
propio sentir.
Y al final de una manera u otra ya sea en el trabajo, en nuestras relaciones
cotidianas, en la aparente rutina, somos movimiento constante.
De nosotros depende el sentido en el que fluir nos libere y nos haga feliz.