La lengua del reproche es afilada, hiriente y astuta.
Muda cuando quiere de argumento, hace inconsciente
al consciente.
No se mueve solo a través de palabras,
también le acompañan expresiones y situaciones.
Trae y lleva sentimientos de momentos mal contados,
y si la dejas a sus ancha acampara por largo tiempo.
Sera tu amiga en las disputas y aún cuando no tengas
intensión de ella.
Por eso un "pip" hemos de poner
para de ella ser conscientes y poco a poco invitarla de
nuestra vida a salir.