Te quiero un día se apago y desapareció.
Vino la melancolía preguntando el por qué¿?
Vino el insomnio escoltando al amanecer
con su séquito de interrogantes.
Y vino la culpa tan segura con su lapidante
porque.
Acompañada del miedo se hizo presente la
incertidumbre que junto a la soledad apago
la ultima farola de la noche.
Desvanecida en brazos del amanecer se despojo
la luna de todo su pesar y encontrando un
para que, se durmió