No volverán las alegres golondrinas
en mi balcón a posarse.
Y el tímido sol de la mañana
ya no alumbrara a la esperanza.
No volverán las alegres melodías
del ruiseñor a escucharse.
Y los últimos rayos de la tarde
no pintaran el cielo de ilusión.
Por que aquellas que un día se quedaron
desafiando al frió invierno,
aquellas no volverán.
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