De vuelta a la rutina
de días sin ti.
De vuelta a las horas
de relojes que esclavizan
al corazón.
Que lejos queda ya el puente
que cruzaba el autobús
de tus labios en los míos.
Se hunde poco a poco
la barquita de papel que
sostuvo nuestros días de fuga.
Y en las alas
no de gaviotas
y por los túneles
no de un dragón
se alejan los días de cuentos.
Vaivenes acompasados
Tormentas que no ahogan
la ilusión.
No mas ciudades que acojan
nuestro amor.
No mas sonrisas que nos dan
su bendición.
Tristeza sera el nombre
de cada estación.
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