Te aferras a la vida como un recién nacido,
buscas cada día con el anhelo del que sabe
que solo existe un hoy.
Respiras la esperanza vespertina,
que trae la sonrisa de un dulce ahora.
Agradeces por un día más que te
regala la vida.
Con ilusión, así espero cada mañana oír
tus pasos antes que los míos y aunque se
alejen en el sigilo, se que aun respira la
esperanza contigo.
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