En los suaves sonidos del mar se mecerá
el despertar.
En la tersa arena dejara su huella
la pisada.
En el planear de una gaviota volaran
los anhelos.
La sal que el dolor ha derramado diluida
en barro que redime las heridas quedara.
Y por siempre en los brazos de mi amado
volverá la vida a envolverme.
Con ternura mecerá mi niñez y con más
fuerza despertara la pasión.