Velare tus sueños hasta que en un soplo
de vida te eleves más allá de lo mortal.
Y por calles de oro y mar de cristal volaran
tus pasos hacia la eternidad.
En el león confiaras y en verdes prados
descansara tu alma.
Al abrigo del altísimo moraras por largos
sueños.
Regresaras a tu hogar, más allá del sol,
junto a la bella hortensia y los duraznos en flor.
Entonces saldrá ella a recibirte con sus brazos
de cielo y su regazo de amor.
Duerme mi dulce niño, duerme mi dulce amor.
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