Ya no volveremos a ser materia,
solo revoloteo de blancas mariposas que tras
la crisálida han dejado su vana existencia de
oscuras orugas.
Ya no volveremos arrastrando los pasos por
granulosos caminos que hieren el vientre,
solo cuerpos etéreos danzando
al viento.
Ya no volveremos a ser tiempo,
solo vida que renace en cada vuelta
de pagina, en cada soplo de
efímera existencia.
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