Hoy te veo, no solo te miro.
Hoy mas que nunca nos hermanamos
y te pido perdon por no haber visto tu dolor,
tu desesperación, cuando pedias de mis brazos
para sostener por un momento tu aflicción.
Hoy somos millares los que vivimos a la intemperie
del miedo y el pánico.
Y tu hermano mio hace tanto tiempo ya
que transitabas este camino en el que las
fronteras de mi corazón estaban
siempre cerradas para oír tu voz.
Hoy te veo, no solo te miro.
Y admiro tu gallardía, tu coraje y tu tesón.
Me enseñas que a pesar de haber perdido
padre, hijo, hermano, mujer, amigos, no han
sabido destruir tu alma de lucha.
Hoy tu grandeza me trae de vuelta a casa
donde habitan entereza, fe y valor.