Yo te acepto a ti
para amarte
todos los días
en que salga el sol,
asole la tormenta
y la primavera embriague
mi verso de amor.
Yo te acepto a ti
para seguirte
en las mil de aventuras
y en los mil versos
que componen
el sol.
Yo y solo yo
te acepto a ti
para pensarte,
para soñarte,
para hacerte el amor
en un verso.
Caminar de tu mano
de aire,
besar tus labios de humo
y acariciar tu cuerpo
de metáfora.
Hasta que exista la poesía
y el olvido nos separe
con su lento
pero implacable
paso de años
y la nada torne
el recuerdo en aire.
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