viernes, 20 de junio de 2014

EN APARIENCIA


Observo las calles de Madrid...

Observo aun joven algo destartalado en apariencia
que espera con impaciencia que hoy se habrán las puertas del amor
en un anden desconocido, tal vez, por eso inquietantemente seductor.

Las calles se han llenado de caras anónimas y entre todas una que 
quiere grabarse en la memoria, el corazón y el recuerdo.

El tiempo se ha detenido en las lomas de un parque que parece
no querer dar paso a las siguientes horas de adiós y silencio.

Y todo estratégicamente organizado para que el paso sea tranquilo
y el adiós pausado.
Para que un museo desvele la sensibilidad de un momento en el
tiempo y para que las barquitas de papel lleguen a puerto seguro
sin haber ahogado la ilusión.

Y allí siguen caminando de la mano dos perfectos desconocidos
queriendo adivinar entre lineas lo que solo el tiempo puede decir
fuera de ellas.
Jugando a obviar la rutina.
Enamorados del amor sin mas.
Seduciendo al querer en pequeñas pautas que en dulce apariencia
no parecen ser pautadas.

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