Que bello fue aquel beso
que surco mis labios un
día de abril.
Creí que me lo robabas
pero mi alma quería que
fuera tuyo también.
Cantaba el ruiseñor y la
amapola adornaba los campos
perfumada de amor.
Y un concierto de estrellas titilantes
alumbraba el silencio que no podía
esperar a la noche para envolver
a los amantes.
Y robamos al abecedario una "O"
tan hermosa como aquel beso
que surco mis labios un día
de abril y en la "A" nunca acabo
pues fue el camino que comenzó.
(Mi concepción)
(Mi concepción)
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