Llorando va mi alma por cada lucecita
de pura inocencia que ha este mundo muerto
ha venido a nacer.
Lleva en su ruego la impotencia de quien
nada ha podido hacer.
Ironía transformada de las ultimas horas de
quien lucha por vivir en un
mundo muerto.
Agonizante esperanza de la pureza desgarrada.
Tan pequeñitos sus pasos, tan breve su existir,
tan frágil cuerpecillo.
Como ibas tu ha saber que aun mundo muerto
venias tu ha nacer?
Llora mi alma tus pasos, vela en silencio el dolor
de saber que en este mundo muchas lucecitas
dicen adiós.
Y tal vez sea mejor, pues, a este mundo muerto ya
no le nace el amor.
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