Ayer cuando no te vi,
el silencio de unas horas se eternizo en la mirada
y sin la atenta sonrisa de coloridas palabras que
pintaran el atardecer de malvas, rosas y violetas,
declinaba el día.
Ayer cuando no te vi,
poco a poco la oscuridad fue conquistando la luz
siendo cómplices de la noche el silencio y la espera.
Dichosa la mirada cuando tras las cortinas de lo
desconocido ha vuelto la luz a brillar.
Y de malvas, rosas y violetas, las mañanas
se han vuelto a llenar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.