Te amo dijo el sol a la luna
y en un haz de luz alcanzó
su corazón.
Te amo dijo la luna
y henchida de alegría
alumbró su alrededor.
Desde entonces en el brillo
de su mirada él se refleja y
en brazos del amanecer ella
reposa la esperanza.
Dos amantes que en su regocijo
nunca dejan de alumbrar, cada uno
protagonista de su momento.
Tributos de plata y oro sobre las
tristes cabezas que si alzar la vista
pudieran contemplarian con asombro
el gran regalo de la vida.
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