Por los entresijos de un poema
iba cogiendo la miel de los
enamorados que han olvidado
el misterio infinito contenido
en un beso.
Y en tan solo ocho letras confluían
sus mundos, poderosas sin tiempo
ni espacio, eran verdugo y salvadoras
del dolor, eran acción y quietud.
Era el silencio conjugado entre lineas
de vida.
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