De 2017 me llevo la tristeza de la perdida convertida
en serenidad, pues en la vida solo estamos de paso y aunque
un para siempre a veces solo dura un segundo me enseña
que cada minuto es un regalo que he de regalar y regalarme.
También me llevo la ilusión de lo nuevo. Caminos que se
cruzan y hacen de los momentos los mejores recuerdos y de
la voluntad una senda por descubrir. Como aquel que dijo,
caminamos juntos pero cada uno asume sus propios pasos.
Y por último, entre muchas otras cosa, me llevo el gran
reto de seguir viviendo de una manera objetivamente más
consciente, aceptando y aceptándome con mis limitaciones,
locuras, humanamente imperfecta.
Y tú, qué te llevas de 2017???
Feliz inicio y continuación...