Todo el día y todos los días
tu nombre en mis labios,
como un secreto que se escribe a voces
en mi rincón de lirios, amapolas
y no me olvides.
Todo el día y todos los días
tu nombre en mis labios,
como el reso incesable
de quien no acaba de confesarse,
cuya penitencia es el silencio.
Todo el día y todos los días
tu nombre en mis labios
como un dulce nectar
que envenena poco a poco
paralizando al tiempo
y convirtiendo en adicción
los recuerdos que no acaban de decir adiós.
Todo el día y todos los días
tu nombre en mis labios
sin pronunciarlo demasiado alto,
sin dibujarlo demasiado claro
para que no me lo robe la realidad
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