A fuego lento nos consumirán los besos
y saboreando el querer nos sorprenderá
el amanecer.
Desayunaremos las mañanas con un suave vaivén
y de los frutos del bosque nos alimentaremos
también.
Alumbraremos la noche con la luz de la hoguera
que adereza la espera y bulle la sangre en
primavera.
Y en la triste desazón que deja la despedida con la
sal de las mejillas aliñaremos la ausencia.
Pues, repetir siempre querremos esta minuta
y su esencia.
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