Si bien es cierto que las tormentas
nos empujan a conseguir lo inimaginable
también es cierto que nos pueden hundir y
convertir en náufragos insondables.
Cuando aquello ocurre es nuestra labor
ver la mano amiga que nos viene a rescatar.
Pues la buena nueva es que aunque por veces
lo parezca no somos islas infinitas de soledad.
Aun existe la llamada humanidad, se mueve entre
la suciedad de una errónea sociedad pero a pesar
de ello no lo dudes aun hay bondad, solidaridad,
dadivosidad, generosidad.
Y todos aquellos sentimientos convertidos en acción
cuando la orden del corazón(dad)
la ejecutan primeras personas(yo, tu, el) de pronombres por
veces anónimos y la reciben terceros, nunca mundos siempre vidas,
que la tormenta empuja y encontrar un rumbo u otro siempre fue
un tema de todos, pues vivimos en sociedad y de ella la humanidad.
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