Di pues al viento que se convierta
en murmullo y que del verso el
susurro toque tu oído.
Di pues a la lluvia que no anegue
la tierra que yo piso sin tus pasos.
Y que del cielo las nubes jueguen
a esconderse para que el sol caliente
la tierra del frágil caracol que tras su
casita de barro sus antenas guardo.
Di pues a la espera que convierta
en esperanza los campos de nostalgia
que no florecen sin vos.
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