Fue tu silencio, quien me robo
una mirada.
Fue a tus pasos, a quienes
siguieron los míos,
Fue tu mágica esencia la que
se detuvo junto a mi.
Y aunque en el nombre de otros,
yo te vi solo a ti.
Puede el silencio hablar?
Puede el silencio enseñar?
Tu hablaste a mi corazón
y encontré en tu voz el sentido
de lo que buscaba.
Si yo pudiera contarte todo lo
que de ti aprendi.
Si por un instante pudiera decir
la locura, la ternura y hasta la
incertidumbre de la que habla
el silencio.
Así te llames Juan, Miguel, Rafael,
Maria, Amalia,..
La misma esencia de vida nos aborda
el camina, el mismo misterio que hace
florecer la primavera, que hace caducas
las hojas y que hace que cada día nos
alumbre el mismo sol.
Camine junto a ti, sentí tu presencia,
eras tú, lo sé.
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