Miedo de no encontrar jamas la orilla de tus labios
y navegar por siempre a la deriva
en un mar de sombras y espejismos.
Miedo de que a mi cuerpo desnudo
jamas lo cubra el manto
dulce y tibio de tu piel.
Miedo de morir en el silencio
de palabras inventadas,
de caricias nunca hayadas,
bajo un cielo siempre gris.
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