Un dolor recorre mi ser
como si el oráculo ya hubiera
dictado el destino siempre ajeno
a mis ganas de quererte conmigo.
Ya no se,
si es mejor
dar un paso
mas o borrar el
camino recorrido.
Me estremece solo
pensar en cruzar el umbral
de la distancia para luego volver
a las paredes frías de la soledad.
Todo se vuelve tan confuso por momentos
y es entonces cuando aparece la ternura dibujada
en hermosas formas de besitos, que caen gota a gota
durante todo el día como fresca lluvia de esperanza.
Y cuando llega la tarde se desata la tormenta
de arrumacos que aunque breve, deja a su
paso el hermoso arcoíris del mañana.
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