Yo no se de muchas cosas
ya lo ves.
Ni de europarlamentos.
Ni de gobernantes ambiciosos
que no gobiernan mas allá de sus
propios intereses.
A penas se parlamentar con mis sentimientos
cuando me llevan de la mano por un camino
desconocido con la promesa de tus besos al final.
La única economía que conozco
es la de seguir multiplicando
besitos inocentes y abrazos generosos
que junto a los míos forman la mas
importante de las triadas.
Mi mercado de valores se basa
en que la renta fija siempre sea el cariño
y la variable las acciones con las que se
demuestra cada día.
He pertenecido y quizás aun pertenezco
a un grupo sin escaño en ninguna cámara
pues el único respaldo no llega hasta el.
Son aquellos que primero han tenido
que aprender a vivir y sobrevivir
pero a pesar de ello nunca han dejado de soñar
y algunos han podido perseguir sus sueños
y otros ni siquiera han llegado a conocer la palabra
vida, derechos y no se si decir justicia.
Ya lo ves, yo no se de muchos nombres
que se ha inventado el hombre
para acallar su conciencia.
Solo se del grito silencioso, de la lucha diaria
y de la constante esperanza que se encuentra en aquellas almas
que viven y por veces sobreviven.
En la desigualdad de valores, en la bolsa de ambiciones,
en parlamentos que no han aprendido a parlamentar
el idioma de los pobres.
Materias primas por siempre explotadas cuyos nombres
jamas figuraran en la trilogía económica mundial.