Muerte es la sentencia de la vida.
Una constante desde que nacemos.
Y vamos pagando en módicas cuotas
a veces, con intereses
otras sin acuse de recibo.
Es la sombra que mese la cuna.
El azar que acompaña los pasos
inciertos de un niño.
La suerte fortuita de la juventud.
La cuenta regresiva de la madurez.
La hermana gemela
esperadamente inesperada
de la vida.
Muerte y vida
ombligos de la existencia
de cuyo cordón umbilical
cuelga la placenta del azar.
Por qué y para qué
enigmas por siempre
cuya única repuesta
se encuentra, tal vez,
en el umbral que cohabitan
la luz y la sombra
que dan paso a la "nada"
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