Aquella tarde salí convencida de que la gente
puede cambiar. YO PUEDO CAMBIAR.
Un jubilo de fresca briza acariciaba mi cara
y en el corazón palpitaban renovados latidos
de aún no se bien el que...
Un profundo suspiro, un simple desafió
que en aquel momento fue el primer paso
de un camino que debo descubrir.
En mi cabeza retumban las palabras:
"De todo veneno se extrae el antídoto"
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