martes, 1 de junio de 2021

ETERNOS INSTANTES...

Fui inmensamente feliz cuando buscábamos en la tele cualquier serie que uniera nuestros momentos. Cuando volvíamos del cine acompasando nuestros pasos a la luz de la película de nuestra vida. Cuando en las mañanas de domingo éramos dos niños entre arrumacos y juguetonas miradas. Fui inmensamente feliz creyendo que sucederíamos para siempre y no pude ver que solo éramos un instante queriendo ser eterno. Un proyecto que quiso ser un nosotros, ahora convertido en un tu y yo separado. Un alumbramiento del que solo quedan dos tímidas luciérnagas queriendo encender el mundo desde un vulnerable abdomen que se contrae sin mucho oxigeno y luciferina, me temo. Y sin embargo, tengo la firme certeza, aquella que no fue suficiente para los dos, que seremos toda la luz que podamos generar para que se encienda cada célula de sus frágiles, mágicos y diminutos momentos. En un mundo de gigantes obsesionados por atrapar el fulgor estival de una luciérnagas. 

DUENDE...



 Aquella mirada que guarda el azul de tu alma,

aquella no morirá, pues fundida quedara en 

el paso certero que dejo tu andar.

Sin miedos, sin tristezas, sin vanas expectativas 

de la perfección del hombre y su mirar.

domingo, 23 de mayo de 2021

A GALOPE DE VERSOS,,,



 A galope de versos quiere el silencio tocar la

orilla del recuerdo, a tientas y a oscuras romper

la bruma que cubrió el ayer y en un concierto de 

utopías sembrar el atardecer.


A galope de versos vuelan las palabras que

cruzando caracolas de nostalgia hacen eco en 

el alma, y me pregunto: ¿si aun puede el querer

ser parte de mi orilla?


Porque aunque oculto a mis ojos he sentido el verso

llamando a mi puerta

LABRANTÍO...




 Hueles a labrantío esperando que germine 

en tu pecho la semilla certera bajo las primeras 

gotas de rocío. Deseas del generoso fruto que 

lleva guardando la mariposa bajo la sombra del

sauce y sobre alfombras de margaritas, allá donde

los cielos son azules y el manto blanco de un beso 

congelo los días del recuerdo.


Hueles a tierra mojada esperando a que afrodita

toque con sus dedos y haga brotar la miel 

que se esconde en los laberintos del querer, 

que solo en brazos del buen amor saben ser.


Hueles a infinitos caminos de nostalgia 

que han sabido cruzar las nieves del tiempo, 

sin tantas caricias en el alma, con tantos anhelos

por cumplir olvidados a la intemperie del deber.


Hueles a humanidad, a perfecta creación,

a savia que resuma por los poros de la vida,

a imagen y semejanza de su propia  orbe.