De ti, solo quise una pulsera de hilo,
algo tan poco banal, tan sencillo
y poco convencional.
La trenzariamos cada día,
y en cada vuelta anudaríamos
la ilusión, el anhelo, la esperanza.
Sería por su poca finura de oro,
sería por su opacado plateado,
que a mis desnudos brazos nunca llego.
De ti, solo quise una pulsera de hilo,
colorida, honesta, firme,
de esas que son para siempre,
aunque siempre solo dure un segundo.