Pensar en que puedo ser parte de tu tiempo,
parte de tus horas, parte de tus días.
Pensar en que podría reflejarme en tus ojos,
sin esperar años para volver a hacerlo.
Pensar en ver caer la lluvia o abrazar al sol o sentir
la frescura de la primavera desde tus pupilas.
Pensar en sentir de cerca tu respiración y darle forma
a tu silueta y esperar con ansias, aquél, día de la semana.
Pensar en todo y nada es creer que puedo volar
y surcar un mar de nubes hacia el infinito.
Y no solo desde un cumulo de palabras, sino desde
una dulce verdad.
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