Hay rutinas que jamas
serán rutinas.
Como ver al sol en mi
ventana cada noche.
Hay rutinas salvadoras
del tedio, el aburrimiento
y la soledad.
Hay rutinas tormentosas
pero tan necesarias
como el pan que sustenta
la vida.
Hay rutinas que ocultan
la sutileza de algo nuevo
cada día.
Y hasta el corazón
necesita de la rutina
del amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.