Como si me adivinaras
complementas tú mi andar.
Donde pongo yo tristeza,
tú el acento de esperanza.
Donde cae la mirada,
tu alzas la grandeza.
Y caminamos de la mano,
invisible a lo tangible, pero
tan verdaderas en esencia.
Derribando murallas,
sumando savia.
Formamos la cadena más
misteriosa y mágica que da vida
a las vidas que vuelven a casa.
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