Dicen que:
"Una mariposa no llora por la crisálida que deja atrás"
Y sin embargo estar en ella fue el
mejor momento de paz, sosiego y protección.
Un cautiverio necesario,
un momento de reflexión, un encuentro,
tal vez un detonante, que sin duda es la antesala
de un maravilloso renacer, que casi sin advertirlo
impulsan las alas del ser que siempre debimos ser.
Una mariposa no llora por la crisálida que deja atrás
y sin embargo, es la fase ineludible que antecede a renacer.
El circo de la Mariposa
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