jueves, 18 de enero de 2018

DECIRTE ADIÓS...


Decirte adiós es inevitable
como inevitable es amarte.

Fuimos el sueño de marzo,
la fresca lluvia de abril,
el regalo de mayo,
y los eternos labios de junio.

Fuimos el tórrido verano
que fundió nuestros cuerpos,
también dorados sueños jugeteando
con la suave brisa de octubre.

Hicimos de las blancas cumbres
testigos de nuestro amor, y en
danzas de olas marinas quisimos que
la distancia nunca dictara sentencia.

Verme en tus ojos quise,
verte en los míos quisiste,
pero para entonces yacía
dormido el amor.






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