Solía creer que te encontraría
al doblar la esquina
de cualquier calle.
Solía buscar impaciente
tu mirada entre los tumultos
de las aceras, cualquier día
de cualquier mes.
Solía ilusionarme
con la idea de que tu vendrías
y yo iría a cualquier hora
de cualquier lugar.
Pero el doblar de las esquinas
no trae mas encuentro
que otra calle a veces vacía.
Y las miradas tumultuosas
se vuelven extrañas
y mi vagabundo pasar solitario.
A cuyo único encuentro
acude el asfalto y la tristeza
de saberte por siempre inexistente
al mundo palpable de la caricia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.