Amigo, mi buen amigo, que el color
de tus días nunca dependa de los demás.
Crea en tu alma tu propia estancia de luz
impermeable y deja que solo se filtren los
colores que mas alegren a tu vida.
No permitas que la voluntad de un mal día
dañe tu espíritu ni que las malas ganas de los
demás desganen tus sueños.
Cree con la convicción de un niño
el cual siempre vuelve a confiar y a perdonar.
Lucha con la certeza de saber que
después de la noche viene el día.
Y ama sin medidas porque solo
en el a mor se encuentra el por qué de la
humanidad.