miércoles, 28 de enero de 2015

MI PREDICADO


Humillante, humillación,
desconfianza, desilusión.

Aquí os dejo estas palabras haced lo que queráis con ellas
a mi ya me han hecho bastante.

Ahora solo necesito:
Fundir mi alma con el mar
mirar al infinito y pedirle
al viento que me lleve en su
soplido y tal vez, que una 
gaviota de ensueños me rescate 
de la insensatez de amar a quien
no debo porque así lo dicen las 
leyes del tiempo.

Dos verbos que dificultan mi acción
tal vez, porque ninguno de los dos
sea núcleo de mi predicado.

Jamas sola, siempre y solo acompañada
por las pequeñas preguntas que determinan
el verbo que da sentido a mi predicado.


El hombre levanta imperios porque puede
y cuando digo hombre no digo mujer.

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