Y es tan expectante, el corazón late
y los días pasan como nubes sin memoria
pues la mirada se ha fijado en el dulce abrazo
que promete el preludio del amanecer.
Besara mis labios, susurrara a mi oído y una
dulce melodía amenizará el compás de los
amantes.
Caminaremos juntos por las calles del alma
y de la mano no habrá pasado ni futuro
solo el momento que cubriremos con
la desnudez de nuestro querer.
Con los ojos cerrados pediré que no acabe
nunca la embriagadora magia de sentirte
a mi lado.
Y cuando en la mañana me haya despertado
seguiré la estela del silencio que arropando
va el tierno beso y proseguirán los días
como nubes sin memoria.
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