Entre todos los tesoros escondidos
que puede atesorar un pirata del amor.
Se encuentran aquellos que guardan
diminutos e insignificantes momentos
para algunos, inmensos para otros.
Como una servilleta de navidad
empapada de curiosidad y alegría.
Mezclada con el humo de miradas
desconocidas, en cuyos únicos ojos
quería reflejarme eran los tuyos.
La invitación a una cena
por siempre idílica en el recuerdo
llena de luces y colores
que sorteaba esperanzas
e ilusiones.
Aquella traviesa bolita de papel
que volo por los aires
impulsada por el deseo
de atravesar mi corazón,
también la guardo hoy.
Las letras que un día salieron de tu puño
grabadas en papeles y facturas.
A pesar de que, no hablan de amor
se niegan a morir al tiempo.
Y yo las guardo porque te amo.
Y por ultimo, aunque no sea lo ultimo que yo guarde de ti.
Las imágenes imborrables de un pasado feliz
que duermen en un sobre improvisado por ti.
Despertando al recuerdo,
cuando quiero encontrarte junto a mi.
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