Puedo robarle al mundo
una dulce mirada en la que se
sostiene mi mundo inventado.
Puedo robar a Buda
solo por un momento con la
palma hacia el cielo la mano
de la exaltación.
Puedo robar también una hermosa
rosa para que cuando la contemple
tu mirada, alegre a tu corazón.
Pero solo tu alma te pertenece y ella
no me la robo yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.