domingo, 7 de febrero de 2016

VERSOS ENCADENADOS...

Nunca tuve un nombre 
ni siquiera un apellido
solo fui la casualidad 
que me puso en tu destino.
Sin siquiera ser destino.


En sus labios la dulzura 
En sus manos la ternura
y en su pecho el refugio
de las palabras inventadas.
Sabe Dios cuanto te he amado
Sabe Dios cuanto te he sentido
Aunque tu nunca lo sabrás
porque Dios para ti nunca ha existido.
El adiós cuando duele solo se 
pronuncia una vez, las demás
son bienvenidas.
Bienvenidas de una vez.
Y porque no iba yo a sumarme 
a la locura del mundo y desearte
buen viaje? 
después de todo alguien que ama
tanto el mar como yo, sabe que la
ola siempre ha de romper y arrojar 
sus ganas a cualquier orilla.
 Es su naturaleza.

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