Es deliciosamente provocativo
jugar a adivinarte.
Ya no se, si son dos,
o es uno al que escribo.
Aun, así, me niego a creer
en el azar.
Seria como las historias inventadas
aquellas que solo están echas de fantasía.
Pero mi historia es muy real, tu existes,
en mi verso y fuera de el cada día,
lo que me consume es no tener la certeza
de saber si soy yo quien habita en el tuyo,
o tal vez, solo sea una treta del destino.
Aun, así,
es deliciosamente provocativo
jugar a adivinarte.
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